5.1.08

Asuntos de Familia

Llegaron las fiestas, y con ellas la nostalgia los recuerdos, la familia…

La familia, ese grupo ligado por lazos de sangre, de amor o políticos que se reúne para las fiestas casi con seguridad, ya que ellas ofrecen la ocasión de expresarnos la amistad y el afecto, los deseos de felicidad y de paz…

La familia, ese grupo de personas que a lo largo de un año han compartido experiencias, deseos, emociones y frustraciones, se reúne para cerrar – de algún modo- lo acontecido y para abrir un nuevo capítulo, con esperanza y renovados bríos. En un país con costumbres, idioma y hasta forma de pensar diferente, en un país a veces tan duro, la necesidad de estar entre los nuestros es una necesidad vital.

Y es en este punto donde la familia, el grupo de personas con quienes compartimos la experiencia de vivir como inmigrantes, se hace indispensable, casi tanto como el aire, para vivir. Porque ellos saben.

Saben de la nostalgia, saben de nuestros anhelos, saben de los renunciamientos y de la lucha diaria.

Aunque no todos tenemos nuestra familia de origen con nosotros, todos contamos con un hombro en donde reposar o llorar antes de volver a la lucha.

Porque la hermandad que se crea por el hecho de compartir un lugar de origen, nuestro país, extiende el concepto de familia a nuestros compatriotas. No compartimos su sangre, pero todos nacimos de ese inmenso útero llamado Patria. Y nuestros compatriotas, nuestros “hermanos” son nuestro vinculo familiar, son nuestro acceso al oxigeno, a la vida.

En mi caso personal, gracias a mis compatriotas conseguí trabajo, gracias a ellos pude continuar este largo camino, a veces muy duro, que emprendí.

Me prestaron su hombro cuando llore, me aconsejaron cuando baje los brazos y pensé casi lo impensable, me abrazaron y sostuvieron cuando la soledad me dolió como solo un inmigrante sabe que duele.

De ellos recibí la llamada diaria que me recordó que estaba viva y que mi bienestar les importaba. Con ellos, me alegre discutí, llore, pelee y festeje. Como una familia!

En estas fiestas en las que la gente se reúne y parece olvidar las cosas que pasaron y en las que algunos fingen que todo está bien por ese día, quiero agradecer a mis compatriotas, mis amigos –mis hermanos?- Aquellos con los que conté, por las semejanzas y a pesar de las diferencias, los que no fingen, los que están… decir en las buenas y en las malas me acerca al matrimonio, que no lo es, pero también al concepto de lazo desinteresado y solidario, y de eso es de lo que hablo.